LA TIERRA NO NOS PERTENECE

Es una creación de Dios y las creaciones de Dios, el hombre no debe destruirlas. Jamás, nunca, es para reservarlas, es para cuidarla, Dios sabe por qué nos dio semejante Bendición.

Si decimos que amamos la tierra, entonces cuidémosla, protejámosla nosotros mismos, no busquemos culpables, empecemos por cambiar nuestros hábitos.

Juntos protejamos el planeta para que nuestros hijos, caminen con los pies descalzos sobre la tierra limpia, como el aire que inhalamos bajo el cielo.

No busquemos culpables, aquí los únicos culpables son nuestros hábitos de consumo.

A tiempo de denunciar que los países industrializados han contaminado el mundo, nosotros dejemos de contribuir al asesinato de la tierra: Cuidemos el agua, reguemos las plantas, dejemos de usar plásticos, usemos menos el carro, etc.

No somos los dueños del planeta.

Debemos entender que un mundo mejor y más justo, solo será posible si caminamos unidos.